De él dijo Camarón de la Isla que era "el artista de artistas". Tuvo una vida verdaderamente tortuosa, pero probablemente elegida. Los tablaos, las noches, las juergas, las mujeres, conformaron a este artista que me atrevo a denominar con esa expresión tan sobada como de culto. Rumbero por excelencia, Bambino fue el artífice de unas bulerías que algunos críticos denominaban, con mal trasunto, por su especial singularidad, pseudo - flamenco.
La vida, una vez más, como con tantos otros, fue injusta con él, y un cáncer de garganta - qué tremendo para un cantaor - le hizo cruzar el río del olvido.
Payaso
En cofre de vulgar hipocresía
ante la gente oculto mi derrota
payaso con careta de alegría
pero tengo por dentro el alma rota
En la pista fatal de mi destino
una mala mujer cruzó el camino
soy comparsa que juego con mi vida
pero siento que mi alma está perdida
Payaso, soy un triste payaso
que oculto mi fracaso
con risas y alegrías
que me llenan de espanto
Payaso, soy un triste payaso
que en medio de la noche
me pierdo en la penumbra
con mi risa y mi llanto
No puedo soportar mi careta
ante el mundo estoy riendo
y dentro de mi pecho
mi corazón sufriendo
Payaso, soy un triste payaso
que en medio de la noche
me pierdo en la penumbra
con mi risa y mi llanto
No puedo soportar mi careta
ante el mundo estoy riendo
y dentro de mi pecho
mi corazón sufriendo
Payaso... payaso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario