Por ahora vamos a dejarnos de más besos. Los besos transmiten bacilos, virus, bacterias, las heriditas de la frotación y el rozamiento, la mononucleosis, el herpes... Puaaggggggggggggggggggg! Darle un beso a la rana tenía que ser muy desagradable, aunque fueras la princesa. No te digo nada si fueras el príncipe.
Hoy he bajado al Sur. El sur que existe más que nunca, al menos en los medios de comunicación. Este sur que necesito respirar trece veces por minuto, parafraseando a Celaya.
Mañana es el almuerzo de despedida de mi Nati. Claro que le daré dos besos, incluso alguno más y, a ser posible, un achuchón.
Besos, el sur, Nati, el mar. Nadie me gana mañana, seguro.
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