domingo, 13 de mayo de 2012

15M

En un par de días se celebra - y retengamos esto - el primer aniversario del que se ha dado en llamar Movimiento del 15M. El año pasado, durante varias semanas, asistimos a algo que se consideró un halo de luz dentro de un oscuro túnel y que al final acabó dándole la mayoría absoluta a la derecha en este país.

Ahora es fácil decirlo, pero siempre miré ese movimiento con un cierto desdén. La recuperación de un supuesto mayo del 68 que nadie había conocido me parecía altamente sospechosa. Esos chicos, esas chicas tan excelsas, era todo demasiado perfecto para ser realidad cuando uno se ha rozado mínimamente con el ganado humano.

Hoy, mientras se manifiestan con gran alharaca, mientras gritan desaforadamente que todos y todas queremos la luna, los ordenadores de los bancos con los que operan cargarán el importe de la mensualidad de la hipoteca o del alquiler de las viviendas en que residen, se tomarán una cerveza tras el fin de la manifa, el metro exigirá el billete magnético de todos los días.

Creo que antes de reconstruir hay que deconstruir.

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