viernes, 5 de agosto de 2011

Niños soldados

Hoy playeaba y me acordaba de mi padre. Mi padre murió en 1995 y lamento no haber podido grabar muchas cosas que me contaba. No por recordarlas, que las recuerdo casi todas, sino por no poder tener la entonación que él les daba; eso es lo irrepetible.

Mi padre, a la tempranísima edad de 15 años, fue militar y lo embarcaron en un buque de guerra. Con él dentro fue enviado a determinadas misiones durante la segunda guerra mundial, teniendo en cuenta el papel secundario que jugó España en esa contienda; entre ellas, la que destacaba con especial delectación era cuando su fragata fue enviada a socorrer y rescatar los cuerpos de los fallecidos en el hundimiento del Bismarck.

Esto ocurría en España hace setenta años.

Hoy vemos periódicos, páginas web, folletos, etc., en los que se dice qué malos son los que llevan los niños a la guerra. Los acusamos e intentamos recuperar a esos niños y niñas para el futuro.

A mi padre ni siquiera le pidieron perdón.

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