Donde vivo ahora tienen a bien celebrar en toda su intensidad el denominado día de la Hispanidad. Realmente, no sé qué se celebra este día. Si el antiguo colonialismo de España, si la expansión del castellano o si la existencia de unos vínculos comunes que trascienden más allá del Estado, en la concepción aria del término nación. No lo sé.
Lo que sí sé es que para celebrar este día, en esta ciudad deciden sacar a miles de soldados a las calles con una enorme profusión de armamento. Tanques, vehículos blindados, ametralladoras, hasta una cabra, se convierten en objetos de pasión para las personas que deciden contemplar la parada militar, habitualmente en familia.
Por eso, no me sorprendieron las palabras que escuché en una cafetería, cuando las huestes observadoras ya se retiraban, que un padre dirigió a su hijo, de unos siete u ocho años de edad: "¿Has visto los tanques? ¡Qué chulos!, y además sirven para matar a un montón de gente a la vez con un solo disparo".
Bella celebración del día de la Hispanidad.
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