lunes, 26 de diciembre de 2011

RYANAIR

Como esta es mi máquina, cuento lo que quiero. Y voy a contar, porque así al menos me desfogo, la actuación ilegal, abusiva y éticamente reprobable de esta empresa que opera en suelo europeo; sí ese suelo en el que sus rectores dicen que se preocupan por los derechos de los consumidores.

Vuelo Jerez Barcelona esta tarde. Mi hija tiene diez años y un DNI (hay que recordar que en España es obligatorio el DNI a partir de los catorce años; lo tenía para poder obtener el pasaporte y poder salir al extranjero). Su DNI se encontraba caducado, aunque en fase de renovación; en febrero tenía que ir a poner las huellas. También llevaba el correspondiente Libro de Familia y una autorización del otro progenitor.

Pues bien, para esa empresa, ni uno de esos de documentos es válido para volar. En consecuencia, se le impidió el embarque a mi hija. Y ello con la aquiescencia de AENA, de la Policía y de la Guardia Civil, cuya indicación más precisa fue: lleva usted razón, esto pasa todos los días, pero ponga una denuncia en el Juzgado.

Una estafa en toda regla. ¿Y qué es lo que más me fastidia no poder acreditar? Que, según el propio personal del aeropuerto, probablemente alguno de los encargados tenía algún compromiso y de esta manera liberó dos asientos.

Sin comentarios. Corrijo, sin comentarios, pero no viajamos ninguno de los dos.

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